Publicado el: 11 de febrero de 2025/Categorías: R+D+I/Vistas: 29/6 min lectura/

Celebrar per transformar: 11 de febrer, el Dia Internacional de la Dona i la Nena a la Ciència

Este día no es solo una celebración, sino una herramienta esencial de reivindicación y promoción para construir un futuro más equitativo y próspero.

En el año 1962, James Watson, Francis Crick i Maurice Wilkins ganaban el Premio Nobel de Fisiología o Medicina por describir, años antes, la estructura en doble hélice del ADN. Pero, antes de seguir, pensamos, por un momento, en la importancia de este descubrimiento. Igual que los manuales que utilizamos por el montaje de un mueble o para aprender a utilizar un dispositivo, la molécula de ADN actúa como el libro de instrucciones de nuestra vida. Cada gen es una página que ofrece las indicaciones necesarias para construir una parte de nuestro cuerpo, desde el color de los ojos hasta el funcionamiento de nuestras células. Por lo tanto, conocer la organización de este manual abrió, a posteriori, innumerables puertas en la investigación. Desde la detección y cura de enfermedades genéticas, pasando por el conocimiento de la historia evolutiva de las especies, hasta la creación de cultivos más resistentes a plagas o a condiciones climáticas severas.

James Watson, Francis Crick y Maurice Wilkins en la gala de entrega del Premio Nobel, el 1962

Invisibilidad Científica

Lo único cuestionable de todo estos fue que el equipo de científicos no nombró, en su discurso de aceptación del prestigioso premio, que el su modelo se basó en gran parte a la conocida Fotografía 51. Una imagen clave que revelaba la estructura helicoidal del ADN. Esta fotografía, obtenida mediante técnicas de cristalografía de rayos X, fue tomada por la química y cristalógrafa Rosalind Franklin, una científica que havia dedicat anys a estudiar les fibres d’ADN. Sin su consentimiento, Wilkins, compañero de trabajo de Rosalind, compartió la imagen con Watson y Crick, quienes la utilizaron para confirmar su teoría en 1953. 

Rosalind Franklin

La historia de Rosalind Franklin, que falleció en 1958 sin conocer que la fotografía había sido sustraída, es un claro ejemplo, como el de otras muchas mujeres científicas y técnicas, del ostracismo, ninguneo y silencio de la gran aportación que estas mujeres han hecho en el mundo de la ciencia. Es lo que se llama el  Efecto Matilda. El prejuicio de reconocer los logros de las mujeres científicas, que en la mayoría de las ocasiones tuvieron que desarrollar sus investigaciones en condiciones precarias y desiguales para que, finalmente, el crédito de sus descubrimientos se los atribuyesen sus colegas masculinos e, incluso, sus propios maridos.

La química británica Rosalind Franklin tenía 31 años cuando logró el 6 de mayo de 1952 la Fotografía 51

Ciencia con Nombre de Mujer

Así, en un intento de corregir esta histórica exclusión de las mujeres en la ciencia, el 22 de diciembre de 2015, la Asamblea General de Naciones Unidas declaró el 11 de febrero el Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia, en reconocimiento al papel clave que desempeñan las mujeres en la comunidad científica y tecnológica. Este día busca corregir las injusticias cometidas y darles el reconocimiento que merecen. Y desgraciadamente, lo que en Cataluña parece un debate superado todavía hay países donde esta desigualdad permanece todavía muy latente.

Una deriva de este fenómeno histórico de desigualdad, en el que se ha invisibilizado el papel de las mujeres en la ciencia, son los estereotipos de génere que las disuaden de estudiar carreras en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM*). Es difícil que las niñas encuentren modelos femeninos a seguir en este ámbito. Reflejo de esta situación es la brecha de género en las trayectorias educativas de las jóvenes. La baja participación de mujeres en carreras STEM (solo el 35% de los estudiantes) se traduce en un escaso 33,3% de mujeres investigadoras a nivel mundial.

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mujeres investigadoras a nivel mundial
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mujeres estudiantes de carreras STEM

De ahí que, dedicar un día a la mujer y la niña en la ciencia no solo es una celebración, sino también una herramienta, implementada por la UNESCO y la ONU-Mujeres, junto a otras entidades internacionales, para inspirar a las niñas y empoderar a las mujeres científicas, promoviendo su acceso a la educación, la capacitación y la investigación en los ámbitos científicos-tecnológicos. Iniciativas como Niñas en pie de Ciencia (Alianza STEAM por el Talento Femenino) o la creación de diversas Asociaciones de Mujeres STEAM buscan romper estereotipos, lograr una participación igualitaria de las mujeres en la ciencia y mostrar a las niñas que ellas también pueden ser científicas, ingenieras o matemáticas.

Desde Kreas, creemos firmemente en la equidad y el empoderamiento de la mujer en todos los ámbitos de la vida cívica y social Desde Kreas, creemos firmemente en la equidad y el empoderamiento de la mujer en todos los ámbitos de la vida cívica y social Desde Kreas, creemos firmemente en la igualdad y el empoderamiento de la mujer en todos los ámbitos de la vida cívica y social, a nivel mundial, como único camino de progreso y desarrollo encaminados a alcanzar los objetivos y retos de la Agenda 2030 por el Desarrollo Sostenible. Por este motivo, nos unimos a la celebración del Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia como una apuesta de presente y de futuro donde la ciencia sea verdaderamente inclusiva. En un sector productivo, en el que hay una demanda creciente de profesionales STEM, es el turno de atraer el talento femenino.

* STEM es un acrónimo en inglés que suma cuatro disciplinas de estudio esenciales para la sociedad actual: Science (ciencias), Technology (tecnología), Engineering (ingeniería) y Mathematics (matemáticas).

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